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Opinión

El peligroso juego individual que sobresale en el FdT (por Julio Turcumán)

. | 23/10/2022
Julio Turcumán

Todo el peronismo está mirando qué hacen el gobernador Sergio Uñac y el diputado nacional José Luis Gioja. El primero ya expresó lo que prefiere: recordando el Día de la Lealtad en el PJ provincial volvió a hablar de unidad y ponderó el trabajo del peronismo desde 2003 hacia acá, una señal sin apelaciones ni posibilidad de malos entendidos hacia su antecesor. En otro rincón de la provincia, un poco más tarde de ese mismo día, Gioja inauguraba una sede de su línea interna, Lealtad Justicialista. En ese encuentro el diputado nacional habló de ganar el departamento, la provincia y el país. Defendió el modelo K y le pegó a la derecha por estar detrás del atentado contra Cristina Fernández, según su óptica (y la de muchos). No le pegó al Gobierno provincial ni a Uñac. No habló de la Red Tulum ni de cortar calles, como sí lo hizo durante la interna del PJ, cuando perdió en todas las Juntas del peronismo. Es un dato. Pero a su vez, esta misma semana alguien de su entorno hizo circular un video que tenía de fondo la canción ‘Vuelve’ de Ricky Martin, donde se ve a Gioja en distintos momentos de sus tres gestiones, con gente, con las obras que hizo y donde sobresalen, además, fotos del gobernador Uñac con Mauricio Macri, en las dos o tres visitas que hizo el hombre del PRO a la provincia mientras era Presidente y el pocitano daba sus primeros pasos como Gobernador. La intención de esas imágenes, claro está, es lesionar la relación de Uñac con el peronismo. Gioja, a veces, muestra lo que es en realidad. Si alguien le pregunta a Gioja seguramente dirá que él no tiene nada que ver con el video, pero ya los sanjuaninos estamos grandes para ese tipo de respuestas. En términos sencillos no hay misterio en las maniobras del exgobernador: siempre esperar hasta el último minuto para mostrar definiciones y en el medio, si la ocasión lo justifica, confundir todo lo que se pueda. Hubo vicegobernadores que se enteraron el día anterior de que iban en la boleta, hubo candidatos a Intendente que debieron dejar una que otra comida familiar por un llamado de última hora para una postulación, y es muy conocida la anécdota de Cristian Andino, a quien se le terminaban los dos anteriores mandatos como Intendente de San Martín y tenía que decidir por seguir en política o volver a la actividad privada. Gioja lo encontró en un acto, le dijo ‘andá mañana a la Casa de Gobierno’, y el intendente se enteró en esa reunión en la Casona de Desamparados que iba a ser Presidente de OSSE. Ya habían pasado las elecciones y se venía, en horas, el 10 de diciembre. Andino había cometido el error previo de decirle a Gioja, ‘voy a estar donde usted quiera’. Gioja lo escondió, aunque el sanmartiniano pudo sacar la cabeza de igual forma, virtud para él.

También es cierto que el exgobernador tiene un poder de daño un poco mayor y elige no usarlo. Hace una semana que sus concejales están amagando en Rawson con un pedido de interpelación al intendente Rubén García y por algo no ocurre, por ejemplo. Sus votos, sean cuales sean, le dan cierto plafón para movilizar alguna que otra reyerta y eso no pasa, o al menos no ocurre con frecuencia y de manera visible. Hay gente que aún lo atiende en algunos gremios. Es decir, tiene un pequeño fósforo en la mano y alguna vez lo usó, ahora no lo hace.

Gioja está usando la estrategia que más le sirvió mientras gobernó la provincia y el PJ sanjuanino. El problema es que ahora el escenario es distinto. El peronismo nacional no es el mismo que lo cobijó durante los 12 años que gobernó San Juan ni tampoco es el que le ayudó en la campaña para la elección de 2003. Todo es peor ahora. La lucha de marcas que vive la política argentina, que nos metió a todos en una grietea imposible de esquivar, lamentablemente, hace que todo lo vinculado a la política sea más volátil que nunca. El peronismo corre serio riesgo de lamentar una derrota histórica en todo el país, y será muy difícil mantener a San Juan en el casillero de las excepciones. Un conocido dirigente del PJ, que fue varias veces intendente, dijo esta semana en un café: ‘Él (por Gioja) está convencido de que Uñac no va a jugar y así lo dice en Buenos Aires’. Quizás ese es el error de fondo. Todas las señales que dio Uñac son en sentido contrario. Todo el costo político que está asumiendo no es para regalarle la elección a otro dirigente y si es inteligente, que lo es, debe haber abandonado la opción nacional, sencillamente porque el ciclo político del FdT está por el piso, en el peor momento. Uñac quiere volver a gobernar la provincia. El peronismo quiere volver a gobernar la provincia, y para eso más que nunca hace falta la unidad que reclamó el presidente del partido en el PJ. No hay Plan B si Uñac no compite ya que ninguno de los dirigentes que lo secundan tiene chance cierta de vencer. Tampoco Gioja, o alguno de su entorno, si es que se les pasó esa idea por la cabeza.

Lemas da oportunidades, pero también es peligrosa. Deben jugar todos porque del otro lado también piensan lo mismo y al menos hasta hoy no hay posibilidades de acuerdo entre fuerzas antagónicas, algo que siempre salvó a la política y a los políticos sanjuaninos. Desde lejos se ve que varios están jugando un juego individual y no colectivo. Franco Aranda y Graciela Caselles se mueven de manera extraña, por ejemplo. El discurso de la legisladora en la inauguración de la sede del Frente Renovador llamó la atención, como así también la referencia a Luis Rueda. Caselles dijo que traía el saludo del presidente bloquista a la gente del Frente Renovador y el presidente del bloquismo no desmintió nada, después de ese acto. No mandaron el saludo de Uñac, que es el Presidente del frente que ellos integran. Aranda no da señales de colaborar con el Frente de Todos y Caselles mucho menos. Hay algunos que hablan de que la dupla Caselles-Aranda podría ir por fuera, lo que dividiría votos y empobrecería el caudal del oficialismo. Si eso es así, aunque es difícil de pensar, suena rara la buena onda entre Caselles y Rueda, y algunos peronistas lo hacen notar. Se nota que todos están moviendo sus fichas cuando lo que deberían hacer es amucharse en una sola línea. Alguien dijo este viernes: ‘Yo no sé a qué juegan esos dos’, y la opinión de ese alguien es decisiva.

¿Qué hay enfrente? Muy bien no se sabe, pero todo hace indicar que Marcelo Orrego está recibiendo fuerte presión nacional para jugar a ganador. El legislador nacional sigue ofendido con el PJ por una especie de zancadilla con Lemas, aunque todo el mundo sabía que el Código Electoral iba a terminar con algo parecido. Lo sabían él y varios de los suyos; también el senador Roberto Basualdo. Si esa presión nacional hace su trabajo, Orrego pondrá toda la carne al asador y si bien no sería correcto adjudicarle todos los votos de la elección pasada, hay que tener en cuenta que viene creciendo. Es peligroso para el peronismo. No hay por qué pensar que vaya a caer en votos en la próxima contienda electoral. Aún le falta reafirmar, obviamente, pero es bueno regulando el desgaste, ya que tiene por costumbre aparecer muy poco en los medios locales, por ejemplo. Hay muchos que siguen dudando de su capacidad de mando, pero eso es algo que sólo se sabrá si alguna vez gana.

En definitiva, la elección no depende de Gioja, depende de que todos entiendan que tienen que ir juntos, que es peor aún.

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