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Opinión

Una elección para mirar el futuro (por Julio Turcuman)

. | 21/11/2021
Julio Turcumán

La primera reflexión que se me ocurre luego de la elección del domingo pasado, es que todos los frentes se quedaron medianamente contentos. El peronismo y sus socios pueden ofrecer en Buenos Aires los dos diputados que ya tenían y Juntos por el Cambio (JxC) obtuvo un resultado histórico que lo deja en inmejorable posición de cara a 2023. Consenso Ischigualasto (CI), de sobrevivir al tiempo, logró convertir a uno de sus referentes, Marcelo Arancibia, en una herramienta potable de cara a la contienda «por los puntos» de dentro de dos años. Hasta la izquierda pudo celebrar haber cosechado cifras para ellos nunca vistas. San Juan, incluso, fue una de las provincias donde se logró mayor participación popular, algo que estaba en duda hasta el sábado antes de la elección. Hasta ahí lo genérico, lo macro, lo que todos salieron a decir en los medios y ante la misma dirigencia en la semana que está terminando. Pero, por supuesto, nada es color de rosas: el Frente de Todos (FdT) deberá hacer un replanteo de horizonte en algunos distritos, porque los resultados lo imponen. Del otro lado, los dirigentes de JxC deberán decidir si verdaderamente quieren gobernar San Juan, porque la indefinición es su peor complicación y les está causando ruido interno. Y el resto de las fuerzas, CI e Izquierda, tienen por delante el desafío de retener los puntos que lograron, y para ello la unión es vital. No entre los dos frentes, pero sí entre los dirigentes que componen ambos bandos, cosa que les cuesta bastante.

El gobernador Sergio Uñac conduce una de las nueve provincias en donde el FdT pudo cantar victoria, como todo mundo sabe. El análisis que queda por hacer es si alguno de estos gobernadores tiene o no chances de desembarcar en la política nacional para 2023, ya que la actual situación de las principales figuras del FdT no es de lo mejor. Tanto Cristina Fernández, como el propio Alberto, Sergio Massa, Axel Kicillof o Máximo Kirchner sufren una fuerte erosión en sus imágenes políticas. El costo de la derrota es muy alto. La Vicepresidenta, que siempre garantizó un 30% de apoyo popular, viene cayendo a niveles históricos, al Presidente muy pocos lo ven con posibilidades de reelección porque no puede controlar su interna y por los errores de gestión, que ya ni vale la pena repasar. Massa no pudo ganar ni en Tigre, su terruño. Máximo y Axel tienen imagen negativa muy alta y, además, no pudieron defender la provincia de Buenos Aires, a pesar del apoyo económico de la Presidencia. Los Gobernadores ganadores, entonces, están expectantes. El FdT logró ganar en Formosa, La Rioja, Tucumán, Salta, Catamarca, Santiago del Estero, San Juan, Chaco y Tierra del Fuego, las últimas dos provincias remontando incluso los resultados negativos de las PASO. Si tomamos el último dato disponible de desocupación en cada uno de esos distritos, solamente La Rioja (2,7), Formosa (4,9) y Santiago del Estero (4,9), superan o igualan a San Juan, que marcó el 4,9 en el mismo período. El resto de las provincias tienen porcentajes bastante más altos: Tucumán (12,4), Salta (10,4), Catamarca (6,3), Chaco (7,7) y Tierra del Fuego (9,9), cuando la media nacional se ubicó en 9,6. Si existiera alguna «competencia» entre mandatarios del peronismo o aliados para un posible salto a la Nación, Uñac competiría entonces con Ricardo Quintela, de La Rioja; Gildo Insfrán, de Formosa, y Gerardo Zamora, de Santiago del Estero. Ninguno de los tres tiene mucha imagen positiva en quienes generan opinión en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el sanjuanino, por más que no caiga bien decirlo, viene liderando las encuestas de gestión que publican los diarios nacionales. En la última, incluso, llegó al segundo lugar. Pero aun suponiendo que la «competencia» no tiene por qué regirse por datos importantes como la desocupación, que dice bastante de la gestión, Uñac debería lidiar con Gustavo Sáenz (Salta), Jorge Capitanich (Chaco), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Raúl Jalil (Catamarca). Tucumán, la otra provincia donde el oficialismo nacional cantó victoria, además de tener la desocupación por las nubes, vive una convulsión política que impide cualquier plan nacional: Juan Manzur y su vice ahora a cargo de la Gobernación, Osvaldo Jaldo, están peleados a muerte. Es difícil que Jaldo tenga chances de algún salto a Nación si no puede sostener su relación con Manzur, actual Jefe de Gabinete de Alberto Fernández. Quintela, Jalil, Capitanich, Melella y Sáenz pueden repetir mandato, lo que supone que no arriesgarían salir de sus provincias. Uñac también, aunque seguramente deberá enfrentar cuestionamientos legales. Un dato más: si bien la diferencia entre los candidatos de Uñac y de JxC en San Juan fue muy chica y llama la atención, es un resultado un poco más «prolijo» que los 50,03 puntos que le sacó Zamora a JxC en Santiago, o los 28,7 de distancia de Quintela en La Rioja. Cuando la diferencia es tan amplia, algo pasa, algo no está bien.

Pero nada es tan sencillo. Uñac, de aspirar a alguna chance nacional, deberá resolver primero si verdaderamente se siente cómodo con la coalición que lo contiene. Por lo poco que se observa desde afuera, el kirchnerismo lo pone incómodo, no así Alberto ni Massa, con quienes sigue teniendo buena relación. ¿Por afuera? Imposible. Primero, es peronista, por más que muchos lo quieran desdibujar. Y en segundo lugar, su pragmatismo no lo dejaría en paz: los ejemplos de Juan Manuel Urtubey o José Manuel de la Sota le son suficientes para saber que ser candidato por otro partido, no resulta. ¿Qué opciones quedan entonces? Que el FdT ponga al kirchnerismo en otro lugar, adentro, pero contenido o aislado. Es una opción que hasta a la oposición le conviene, pero que no depende del sanjuanino exclusivamente y que, por ahora, se nota lejana. Este es el problema político más importante al que se enfrenta el pocitano, sin dudas.

Para llegar a ese lugar, primero Uñac deberá ordenar su tropa, que quedó algo dañada tras las elecciones. Lo primero que hizo es anunciar que eliminará las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), como ya propuso en noviembre de 2020 en un tuit. Aseguran que ese proyecto entrará a la Legislatura con las primeras sesiones del año que viene y que el oficialismo pretende obtener consenso de la oposición, que por ahora se niega al debate. Argumentan que una sola elección les quita exposición y les temen a las colectoras, porque no tienen estructura para sostenerlas. Están en una trampa casi sin salida, ya que la opinión pública está de acuerdo en ir a votar una sola vez en lugar de dos: una encuesta de este diario, de la que participaron 10.086 lectores, arrojó que el 76% coincide con eliminar las PASO. Cualquier sondeo de opinión sobre cualquier tema en San Juan suele tener alrededor de 3.000 encuestados; es decir, el realizado por DIARIO DE CUYO es bastante más representativo que el de cualquier consultora. De oponerse al proyecto de Uñac, JxC se enfrentará a la opinión pública, al menos a la opinión pública de ahora, habrá que ver para el año que viene o 2023 cómo se suceden los hechos y qué impacto tendrá esta discusión.

También el presidente del Frente de Todos en San Juan deberá resolver pequeñas grandes dificultades territoriales. Capital e Iglesia, por ejemplo. El departamento gobernado por Emilio Baistrocchi perdió por mucho más de lo que suponían y eso despertó alarmas. El peronismo nunca pensó que obtendría una victoria en ese departamento, pero tampoco que la derrota iba a ser tan aplastante: 56,92% de JxC contra 28,63% de FdT. El doble. El caso de Iglesia es bastante menos escandaloso, pero muy preocupante por lo simbólico, ya que allí es donde se afirma toda la minería, que ayuda mucho a la economía provincial: 47,10% (JxC) a 39,52% (FdT), apenas 372 votos de distancia. Revisando hacia atrás, casi se puede afirmar que Uñac habilitará internas en esos departamentos, como ya lo hizo en Capital en 2019, cuando se enfrentaron Franco Aranda y el actual intendente. Lo mismo en Iglesia. De igual forma, aún falta bastante, esto es una foto que puede cambiar. Si hay internas, Baistrocchi seguramente será el candidato del Gobernador.

¿Y el Gabinete? De manera algo torpe, el dirigente Mauricio Ibarra puso en agenda algo que toda la política sabía que iba a ocurrir. Cambios en el Gabinete del Ejecutivo. Uñac había dicho a comienzos de su segunda gestión que pasados los dos años de gobierno iba a realizar una revisión del trabajo de los Ministros y Secretarios de Estado. Después llegó la pandemia, que rechazó cualquier idea nueva. Se escuchan muchos nombres, pero Uñac se tomará, dicen, unos días para pensar cada uno de ellos. Hay quienes piensan que debe nombrar un Ministro de Gobierno con mayor peso político, por ejemplo, aprovechando la salida de Fabiola Aubone. Uñac viene pensando en esa idea, que solamente dependerá de si él es capaz de soltarle el volante en algunos momentos a otra persona que no sea el vicegobernador Roberto Gattoni, álter ego del Gobernador. Y están preocupados por la salud del ministro de Educación, Felipe de los Ríos, quien tuvo varios episodios de salud complejos. Quizás allí el cambio se imponga. Uñac es de aferrarse a las personas, probablemente las modificaciones no sean tan escandalosas como planteó Ibarra. En poco se sabrá.

Por el lado de Juntos por el Cambio, la pelota ahora está en la cancha de Marcelo Orrego. El diputado nacional deberá decidir si tiene verdaderas ganas de gobernar la provincia. Sabe que los 42,22% puntos que logró el domingo pasado no son todos de él y que hay mucho de rechazo a la gestión de los Fernández en la Nación. Hubo un crecimiento, es cierto, pero es muy difícil ponerle nombre y rostro. En esta elección hubo una fuerte pelea por los sellos. Si nos remitimos a los números fríos, JxC creció 10 puntos desde la elección del 31 de marzo de 2019, cuando obtuvo el 32,24%. A Orrego le favoreció la marca, no así a Uñac, que lo traccionó hacia abajo. Mientras JxC en el país siga creciendo y él continúe como referente en San Juan, habrá rédito. Si las elecciones hubiesen sido en fechas distintas a las nacionales, estoy casi seguro que no llegaba a los 42, pero son solamente especulaciones. Orrego también tiene que resolver roces en su coalición, ya que tendrá que definir si va a competir o no por la Gobernación, o le dará la oportunidad a su compañero y amigo Fabián Martín, que viene pidiendo pista y que tiene gestión y ganas para exhibir. Son personalidades distintas con un mismo objetivo, con la diferencia que esta vez el Intendente de Rivadavia no puede reelegir. La decisión que surja de ambos será para alquilar balcones, como todo lo que se viene en la política sanjuanina.

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