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Regina Spektor transforma la angustia en belleza (por Leonardo Muro)

/ 1 Pistas / Sire Records
“Home, Before And After”, el emotivo, extraño, divertido, inteligente, irónico y conmovedor nuevo disco de la artista rusa.

Pasaron 6 años para que llegara el octavo álbum de estudio de la cantante, compositora y pianista rusa Regina Spektor. Lo hace en un momento bastante delicado por el contexto mundial, donde los artistas rusos están siendo censurados en muchas plataformas por el solo hecho de haber nacido en Rusia. El caso de Regina es distinto por su doble nacionalidad ruso-estadounidense, es paradójico pero así es la historia. Nacida en el seno de una familia judía, en 1989 -durante la Perestroika de Mijaíl Gorbachov- sus padres decidieron mudarse a Estados Unidos escapando del antisemitismo del que eran víctimas. La pequeña Regina tenía en aquel momento 9 años, y si bien sus padres sufrieron el exilio y su reubicación en el Bronx, la cantante lo recuerda como una época divertida. Ya no tenía el piano de casa en el que tomaba clases en Moscú y por la mala situación económica que atravesaban sus padres no podían comprar uno, pero Regina practicaba a veces en el piano de la sinagoga ubicada en la zona.

Ahora Spektor nos entrega “Home, Before And After”, 10 pistas impredecibles donde combina el elegante acompañamiento de su piano, con pop y la sinfonía dramática, y a veces encontramos todo esto dentro de una misma canción. Las canciones tienen letras audaces que incorporan misticismo, retóricas y alegorías que transmiten su frustración con los hombres, una angustia permanente y el caos del mundo.

El álbum abre con la bellísima “Becoming All Alone”, donde relata un encuentro con Dios cerca de la esquina del Denny’s Restaurante. Tras haberle sugerido Dios que tomaran una cerveza juntos, ella aprovecha la ocasión para preguntarle: “¿Por qué las cosas no mejoran con el tiempo?”, y continúa luego planteando otras quejas, pero al no conseguir respuesta alguna termina la canción diciéndole a Dios “Me estoy quedando sola otra vez, quédate, quédate, quédate”. Luego llega la dramática “Up The Mountain” donde encontramos una mezcla de hip-hop y arreglos orquestales que suenan como música de película de aventuras.

En el track 3 se enfrenta a los hombres, o al menos a uno en particular con “One Man’s Prayer”. Una canción pop donde Spektor retrata a un hombre heterosexual que solo busca el amor y la compañía de una mujer, pero bajo la apariencia de debilidad y búsqueda del amor lo que en realidad quiere este sujeto es alguien servil a quien dominar. Así la canción empieza diciendo “Solo quiero que una chica me ame” para luego cambiar a “Solo quiero a una chica bajo mis pies que me diga que soy su rey y que me suplique por un anillo”.

A continuación suena la elegante “Raindrops” para luego revelarse contra el hombre que trata de dominarla en “SugarMan”. Hay también ironía en la letra de “What Might’ve Been”, una canción que suena como tomada de una obra de teatro cómica, y donde hace una lista de cosas opuestas que extrañamente van siempre juntas “enfermedad y flores”, “bombardeos y refugios”, “amar y abandonar”, “mentir y creer”, “vivir y morir”, “negocio y llanto”.

En la pista 7 encontramos la épica “Spacetime Fairytale” de casi nueve minutos de duración donde reflexiona “Sé que no existe el tiempo, sé que no existe el mío”. La conmovedora y mística “Coin” pone distintas situaciones y escenarios pero finalmente la respuesta termina siendo el amor: “Le di una moneda a un chamán  y me mostró una visión tan brillante… Así que le di una moneda a un científico que me mostró qué número era yo… Así que le di una moneda a un presidente y me envió a pelear en su guerra… Así que tomé mi última moneda y te la di… tus ojos dijeron gracias, tus ojos dijeron amor”.

Rock retro y balada orquestal se combinan en la bellísima “Loveology” donde vuelve a abordar con cinismo al amor para terminar cantando “perdóname, perdóname, perdóname-ología”. El cierre del disco se vuelve profundamente emotivo con “Through A Door” donde nos recuerda la importancia del hogar, ese lugar de pertenencia que siempre nos espera para abrazarnos, para brindarnos contención y abrigo, donde encontramos la calidez reparadora necesaria para seguir enfrentando un mundo frío y hostil, “El hogar es donde la luz está encendida, no importa cuánto tiempo te hayas ido”.

Emotivo, extraño, divertido, inteligente, intrépido, irónico, conmovedor, todo eso es “Home, Before And After”. Pasaron 6 años desde su último disco, créanme que valió la espera.

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