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Post Malone: Un hombre que supera el dolor mostrando las heridas (por Leonardo Muro)

2022 / 1 Pistas / Mercury Records / Republic Records
“Twelve Carat Toothache” muestra a un artista dispuesto a dejar los excesos.

En su anterior disco, el exitoso “Hollywood’s Bleeding” (2019), Post Malone hablaba del lado oscuro que tiene la ciudad de Los Angeles (en California, Estados Unidos) y de los buitres que rondan permanentemente en derredor de un artista cuando consigue amasar cierta fortuna. Luego, Posty dejó las colinas de Hollywood por las tranquilas montañas de Utah, y tras los 2 años de pandemia regresa con “Twelve Carat Toothache” pero ya no habla de la oscuridad social o de una ciudad sino de la propia. Por momentos recurre a lugares comunes para dejar siempre en claro que es un chico malo: “En cada película que veo estoy del lado del malo”. Pero es un malo sensible que muestra sus heridas y miserias, haciendo hincapié en lo que se convirtió por culpa de la fama. Algo que no deja de ser una suerte de victimización innecesaria, porque él busco esa fama, la misma fama que lo fagocitó y que él no supo manejar, la misma fama que lo llevó, o se dejó llevar, a caer en todos los excesos.

Abre el disco la reflexiva “Reputation”, con un Post lidiando con la fama, su lugar en la industria de la música y su posición ante el mundo. Sin dirigirse a nadie en particular afirma “Salvé mi propia vida solo para salvar la tuya”, posiblemente sea uno de los mensajes que hay en este álbum dirigidos a su ex pareja con quien mantenían una relación tóxica.

En “Twelve Carat Toothache”, Post Malone intercala los ritmos y logra muy buenas transiciones. Suena entonces el medio ritmo de “Cooped Up”, que cuenta con la participación de Roddy Ricch. Posty se cuelga la guitarra en la minimalista “Lemon Tree”, en donde los arreglos giran en torno a la acústica. Hay canciones que contrastan los diferentes momentos y relaciones que Malone tuvo en el último tiempo, por un lado en el pop de “Wrapped Around Your Finger” encontramos a una estrella de la música que está profundamente enamorada, en contraposición con la vengativa “One Right Now”, donde cuenta con la participación de The Weeknd, un pop uptempo que por su letra no encaja en un disco autorreflexivo como es este.

“I Like You (A Happier Song)” cuenta con otra colaboración, esta vez es Doja Cat quien pone su voz en un pop alegre, feliz, como su nombre lo indica. Ahora encontramos otro contraste, casi siguiendo el mismo ritmo de la canción alegre viene “I Cannot Be (A Sadder Song)” con una letra más oscura que la anterior y la participación de Gunna. El clima se torna más oscuro todavía en “Insane”, donde cuenta los pros y los contras de la fama, haciendo un repaso por las maneras de ser conducido a la locura, desde el dinero hasta las mujeres. No es la única parte del disco donde culpa a las mujeres de algo o se refiere a ellas de manera despectiva. En la pista anterior (“I Like You”), Malone chorrea misoginia cuando afirma “Ahora que soy famoso, tengo putas a mi alrededor, pero necesito una buena chica, necesito alguien que me castigue”. El machismo anacrónico que es tan recurrente en este género, juzga y sentencia a la mujer que vive su sexualidad como quiere. Según esa lógica no está mal que el hombre se acueste con quien quiera, en ese caso el hombre es considerado un ganador, en cambio la mujer es degradada con el término “puta” y la mujer recatada o la mujer virgen es considerada “buena chica”, como si la manera de vivir el sexo definiera si una mujer es buena o mala. Post Malone consigue avanzar mucho desde lo reflexivo pero en materia de misoginia atrasa al siglo pasado.

Las colaboraciones en general eran previsibles salvo la de Fleet Foxes en “Love-Hate Letter To Alcohol”, una canción donde le dice a la bebida contenida en su vaso “Sos la razón por la que me patearon el trasero, pero sos la única manera de ahogar mi tristeza”. Un alcohólico tratando de recuperarse de su adicción exponiéndola y desahogándose en frente de todos. Dejamos de lado el vaso para entrar en dos muy buenos momentos de esta producción, primero suena “Wasting Angels” con la excelente colaboración The Kid LAROI, a la que le sigue “Euthanasia”, donde fantasea con la idea de su propia muerte o cuanto menos la acepta. Después de uno de los momentos más lentos e introspectivos del disco, ataca el ritmo de “When I’m Alone”, energía y baile para el sufrimiento de un desamor.

“Waiting For A Miracle” muestra a un hombre que se ha ido asentando, un hombre que de la puerta de casa para afuera es una estrella, el que canta no es Post Malone, es más bien Austin Malone, la persona. Y para el final llega la calma, la guitarra y la voz de Posty en el remanso de “New Recording 12, Jan 3, 2020”.

“Twelve Carat Toothache” es álbum que si bien tiene ciertos vacíos, clichés y los momentos de misoginia, marca musicalmente un momento de crecimiento y madurez. Letras reflexivas de hombre asentándose y que podrían haber tenido mejor calificación, pero para ello es necesario que Post Malone deje tanto machismo de lado, ese es un exceso que todavía no pudo dominar.

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